domingo, 13 de diciembre de 2009

-ADMIRACIÓN-


La avioneta se elevó a medida que el sol surgía tímido por el horizonte. Era una CESSNA 172 y aunque tenía sus años aún podía volar y realizar arriesgadas piruetas.
Cuando llegó a una aceptable altura, empezó a soltar un humo rojo. Al finalizar que impresa en el cielo una perfecta y gigantesca admiración.
Hubo división de opiniones entre los que observaban el vuelo. Los optimistas pensaron que era una señal de admiración a los logros de la humanidad que desde el cielo se veían magníficos. Los pesimistas vieron en el signo un toque de atención por los desastres que desde el cielo se veían y que acabarían con la destrucción del mundo.
Tras la acrobacia la avioneta quedó abandonada en medio del prado desconociéndose la identidad del piloto.

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