domingo, 15 de noviembre de 2009

El helado


El helado miraba con envidia la alegría de los otros helados al ser lamidos. Lo único que él lograba es ir deshaciéndose en lágrimas de chocolate.
Cada vez se le hacía más patente que acabaría solo y convertido en un charco sin forma y sin posibilidades de ser compartido Nadie lo cogería entre sus manos para juntos emprender un viaje hacia el sabor desconocido.
Una gota triste resbaló lenta por toda la galleta y para darse valor la lamió. Una dicha le embargó y grito:
-¡Ummm que bueno estoy!

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